Tercera parte del Martín Fierro

Si sos un tipo feliz

sin temores y sin miedos

no se te ocurra jamás

dejarte hacer un chequeo,

porque te vas a enterar,

sin siquiera suponerlo,

que estás en las diez de últimas

aunque te cueste creerlo.

 

Seguro van a decirte

que te sobran triglicéridos

lo mesmo que fosfolípidos,

sin colesterol del bueno,

y que por los ateromas;

que ellos te van produciendo

ya tenés la cañería

tapada de medio a medio:

que eso preanuncia un infarto,

que todo es cuestión de tiempo...

 

También te puede ocurrir

que te encuentren un bloqueo,

una elongación de aorta

que no augura nada güeno;

taquicardia sinusal

que habrá que parar a tiempo,

o una isquemia de cuidado

en el ventrículo izquierdo.

 

Son enormes las variantes

del informe del chequeo,

todo es cuestión del color

del cristal de tu galeno:

inflamación en el colon,

irritación en el recto,

que el intestino delgado

no absorbe los alimentos;

exceso de fosfatasas

o carencia de anticuerpos;

que puedas tener mareos

por culpa del oído medio,

enfisema pulmonar,

úlcera en el duodeno,

insuficiencia renal,

cálculos en el colédoco;

y hasta te pueden decir

aunque no entiendas ni medio,

que 'hay una falla en el ácido

desoxirribonucleico'.

 

Y aunque te sientas fenómeno

y así le insistas al médico,

lo tenés que aceptar todo

porque lo dice el chequeo.

Lo que más te va a asombrar;

-aunque en esto seas un lego-

es la gran similitud

de todos los tratamientos

excluyendo, por supuesto,

el tema medicamentos:

siempre una dieta hipo sódica,

andar kilómetro y medio

y nada de carnes rojas

ni embutidos ¡y ni quesos!;

sí pescado -bien hervido-,

y pollo, pero sin cuero...

 

 

Tendrás que decirle adiós

a tus grandes compañeros:

el whisky y el cigarrillo,

y hasta al cafecito negro.

Si a vos, que antes del chequeo,

casi te creías Tarzán,

poco menos que un pendejo,

te digan 'que estás pal jonca

si no lo tomás en serio'...

 

Por eso querido amigo

a aconsejarte me atrevo:

si sos un tipo feliz,

sin temores y sin miedos,

¡no se te ocurra jamás,

dejarte hacer un chequeo.

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