no hay que mentirle a los chicos...

Un día una niña estaba sentada observando a su mamá lavar los platos en la cocina. De repente, notó que su mamá tenía varios cabellos blancos que sobresalían entre su cabellera oscura. Miró a su mamá y le preguntó inquisitivamente:

 -  ¿Por qué tienes algunos cabellos blancos, mamá?

 Su madre le contestó:

 -  Bueno, cada vez que te portas mal y me haces llorar o me pones triste, uno de mis cabellos se vuelve blanco.

La niña asimiló esta revelación por un rato y luego dijo:

 - Mami, ¿y por qué TODOS los cabellos de mi abuelita están blancos?

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